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domingo, 8 de octubre de 2023

PEC: PROYECTO EDUCATIVO DEL CENTRO

En esta entrada, a partir de un PEC real, examinaremos los valores y fines que busca transmitir y lograr y se evaluará si finalmente se ha conseguido. En mi caso, hace demasiados años que abandoné la secundaría más de 20 por lo que no sería realista comparar el PEC actual con mi sensación personal, entiendo que en ese periodo ha tenido que cambiar bastante. Pero trataré de extrapolarlo en la medida de lo posible.

Hablemos de mi instituto: El Centro GRIAL

Safa-Grial

Se trata de un colegio concertado católico abierto a un alumnado de cualquier nivel sociocultural. La formación impartida busca capacitar al alumnado para desenvolverse con éxito en la sociedad, y contribuir a mejorarla con espíritu crítico y sentido de la responsabilidad. 

Proponen una educación en la que se desarrolle la conciencia cristiana, fe-cultura-vida, e integran a las familias en la misión educativa. Quieren ser un centro reconocido por:

  • Formación integral promoviendo una cultura vocacional, ayudando a los alumnos a conocer y desarrollar sus dones.
  • Formación académica excelente.
  • Sentido de pertenencia al Centro con orgullo.
  • Profesorado cualificado, comprometido e innovador.

Valores del centro:

  • Compromiso
  • Espíritu crítico
  • Cultivo del esfuerzo
  • Espíritu de servicio
  • Búsqueda de la mejora continua y la excelencia de servicio
  • Trabajo en equipo
  • Gusto por el orden, la armonía y el trabajo bien hecho
  • Accesibilidad y cercanía
  • Ambiente alegre y familiar


A mayores como PEC incluyen el siguiente resumen:

Antropología de la que partimos

Como colegio católico nuestro proyecto educativo debe estar fundamentado en la antropología cristiana que se caracteriza por:

1. CONSIDERAR al hombre como persona, creado a imagen y semejanza de Dios.

2. ACENTUAR la responsabilidad de irse construyendo día a día a lo largo de toda la vida.

3. PROPONER un modelo de persona que busca configurarse con la imagen de Jesucristo.

Rasgos de la educación

“Educar es enseñar a pensar hondo, a querer con eficacia, a amar con intensidad”. (P. Tomás Morales)

Nuestro proyecto educativo tiene como meta contribuir al desarrollo de la personalidad de cada alumno. El alumno debe ser para toda la comunidad educativa una persona singular, única e irrepetible, proyecto de Dios, cuyo crecimiento es tarea permanente de la labor educativa. El educador desempeña un papel decisivo en este proceso

Una educación integral como la que proponemos, posibilita un proyecto de vida estable capaz de mantener al educando, una vez finalizada la etapa de formación académica, en una unidad de vida que le haga capaz de vivir con pasión el presente pero en un compromiso hondo con su futuro.

En el proceso educativo la existencia de la persona como un todo unificado y armónico requiere el trabajo de las siguientes dimensiones :

● Cognitiva
● Tecnológica
● Estética
● Afectiva-volitiva
● Social
● Ética
● Religiosa

CLAVES DE NUESTRA ACCIÓN EDUCATIVA

CLAVE 1. La persona del educando como valor absoluto y fin en sí misma.

En nuestro centro la persona se convierte en piedra angular de toda la tarea educadora. De ahí que nuestro proceso educativo sea a la vez un proceso de personalización a través del cual se crece en humanidad.

CLAVE 2. El alumno como protagonista de su propia educación

Concebimos el proceso de enseñanza-aprendizaje como un proceso dinámico en el que el educando es el protagonista, por lo que pretendemos suscitar en él una respuesta positiva y responsable. Al principio, esta tarea empieza siendo ayudada desde el exterior, es heterónoma; progresivamente el alumno va logrando independencia en el proceso educativo hasta adquirir mayores niveles de autonomía.

Los profesores, facilitadores de la tarea, desempeñan un papel insustituible mediante la ayuda al alumno para gobernarse a sí mismo, respetando su libertad pero motivándole desde las razones que impulsan para actuar.

En nuestra propuesta educativa la educación “en” y “para” la libertad se apoya en los siguientes pilares:
a) capacidad de autodominio,
b) preocupación por los demás,
c) cumplimiento del deber.
Estos tres pilares se sustentan a su vez en el cultivo de la responsabilidad.

Se trata de motivar al alumno para que progresivamente vaya asumiendo la responsabilidad de su autoeducación y comprendiendo que en esa misión nadie le puede suplir.

CLAVE 3. Enseñar a pensar bien

Enseñar a pensar bien, implica tener a la vista los tres ámbitos fundamentales a los que puede dirigirse el pensamiento, sin excluir ninguno: la realidad externa (no solo física, natural, sino también las otras personas); mi realidad interna y a Dios. Supone, igualmente, educar la mirada intelectual para eliminar prejuicios y saber descubrir lo esencial en las cosas, en los problemas, en las situaciones de la vida, más allá de las apariencias, de lo accesorio. Se trata de enseñar a discernir, a comparar, a trascender. Finalmente, implica la formación de la conciencia.

Dentro de este último ámbito, cobra especial importancia educar la dimensión de la reflexión. Esta abarca la formación del juicio crítico para dar respuesta a la realidad social sin dejarse manipular por las ideologías predominantes; y fomentar, desde el respeto, la crítica constructiva y conducente a la acción. Pero, sobre todo, se concreta en la búsqueda del modo específico de obrar bien teniendo en cuenta las circunstancias particulares en que cada persona tiene que actuar.

CLAVE 4. Una educación centrada en la cultura del esfuerzo

Reconocemos el esfuerzo como elemento constitutivo del aprendizaje y como garantía de progreso personal. En nuestra sociedad es de enorme importancia que los alumnos tomen conciencia de que el esfuerzo personal genera un alto grado de satisfacción y hace crecer como personas.

Si el entusiasmo es motor que impulsa a la superación, a medida que sepamos crear un clima de entusiasmo en el aula y en el centro, estaremos cautivando a nuestros alumnos para que interioricen esta cultura del esfuerzo.

CLAVE 5. Una formación al servicio de los demás

Una comunidad educativa que vive en comunión eclesial hace de la convivencia la ocasión cotidiana para vivir su vocación de servicio, desde la conciencia de que la fe es la fuente más profunda de la que se nutre la entrega a los otros.

En un clima de unidad, todos los trabajadores de la FPMT nos ayudamos con el ejemplo, compartiendo las alegrías y las dificultades y todo aquello que nos hace sentirnos miembros no sólo de un mismo centro, sino de una «familia» donde somos acogidos y todos nos implicamos responsablemente.

La armonía en nuestras relaciones es fundamental para poder educar a nuestros alumnos desde esta clave, pues siempre y en primer lugar educamos con nuestro ejemplo.

Una educación que cuida de los pequeños detalles, que cultiva la alegría y el entusiasmo, que propicia de la participación activa desde una cohesión en valores y normas, que acepta y respeta la autoridad prepara para insertarse socialmente con una actitud de servicio en cada acontecimiento de la vida.

En nuestro colegio vivir al servicio de los demás supera los límites del centro para abrirse a la transformación del mundo desde los valores del Evangelio no sólo mientras dura la etapa escolar sino sobre todo cuando acaba, de modo que tratamos de preparar personas que entiendan su profesión y sus cualidades personales como bienes que deben poner a disposición del bien común, en el contexto de la realización de su propia vocación.

Es curioso, que tras analizar el PEC del Centro, y ante mis primeras excusas de que podría haber un desfase después de más de 20 años, si que es cierto que siento que en parte todos los valores que indican creo que están desarrollados en mayor o menor medida en mí, por lo que entiendo, que no es puro postureo, sino que realmente es un PEC consolidado.

Me ha llamado la atención la última clave. De primeras pensaba que era más de cara a la galería, pero claro si me fijo en mi experiencia, que mientras estudiaba la carrera estuve ayudando como monitor a grupos juveniles, seguramente mucha parte de culpa sea debido a la formación "no formal" recibida en este centro. Nunca lo había pensado así.

Si tengo que ser crítico con algo sería con la segunda clave, en mi caso, no tengo la sensación de haber recibido una educación individualizada y no tengo la sensación de que el resto de mis compañeros la recibieran. Es cierto que no fui un alumno muy problemático (aunque tuve mis cosillas, mas de comportamiento que de puro resultado académico), por lo que quizás no necesite esa dedicación extra, pero había alguno que si la habría necesitado y no soy consciente de que se trabajara con ellos como indica esta clave.

Quiero destacar otro punto, leyendo el PEC da la sensación de que el colegio pueda adoctrinar a los alumnados con el tema religioso, bajo mi punto de vista, no es así, una cosa es educar en valores cristianos con los que se puede estar en mayor o menor medida de acuerdo o en desacuerdo y otra cosa es meterse en la vida religiosa del alumnado, ni rezábamos el "Padre Nuestro" todas las mañanas , ni íbamos a "misa" todas las semanas. 

En resumen, me ha extrañado que tras más de 20 años que dejé de ser alumno de ese centro, si que puedo identificar parte de su obra en mi, lo que me ha dejado bastante sorprendido, y desde mi prisma puedo decir que su PEC es llevado a cabo.


2 comentarios:

  1. Ya sabes que la etiqueta de adoctrinar te la ponen, en términos generales, quienes no están de acuerdo con lo que estás contando. XD

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    1. Gracias por tu respuesta Esther. A veces es muy delgada la línea entre adoctrinamiento y transmisión de valores.

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